No tiene que haber un motivo concreto por el que decidas cambiar tu vida. Hay cosas que surgen, de repente, de la nada, cosas que nos hacen girar a la izquierda en vez de a la derecha como hacemos siempre y nos hace darnos cuenta de que llevábamos ignorando el camino más corto toda nuestra vida.
Te amoldas a ese nuevo camino, se te hace más fácil salir a la calle sabiendo que es por ahí por donde vas a caminar.
Lo has decidido.
Vas a seguir ese camino hasta que alguien quiera levantar la calle y ponerla en obras. Y quizás cuando lo hagan, te de por saltarte las vayas y pasar por encima de ladrillos, cemento, polvo y ruidos de taladradoras que te vuelven a complicar el recorrido. Pero sabes que no vas a volver al camino largo por que a ti el que te gusta es ese. Ése camino. El que tu elegiste de por vida.
Señoras, señores... Lo que quiero decir... Alguien, un día hace mucho tiempo, nos indicó una dirección desconocida. Nos invitó a recorrer un camino que nunca habíamos mirado con detenimiento y nos lanzamos a él.
Y más de una vez nos han levantado el camino y lo han llenado de socavones, ladrillos, trastos y nos han puesto vallas. Y siempre hemos querido recorrerlo, costase lo que costase. Y haremos lo que podamos para que ese camino sea recorrido día si, día también. Por todas nosotras. Por las que estuvieron, están y estarán.
Alguien, un día hace mucho tiempo,
puso un balón de rugby en nuestras manos.
puso un balón de rugby en nuestras manos.
Y se lo agradecemos de corazón.
Aki
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